El COVB y la Comisión de Protección de los Derechos de los Animales del ICAB piden promover el uso de la pirotecnia silenciosa para favorecer el bienestar de las personas y animales

Coincidiendo con el inicio de la temporada de verbenas y fiestas mayores de verano el Comité de Veterinarios para la Protección de los Animales y el Comité Asesor para la Clínica de Animales de Compañía del Colegio de Veterinarios de Barcelona (COVB), y la Comisión de Protección de los Derechos de los Animales del Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB) han emitido un comunicado para alertar de los efectos adversos de la pirotecnia tradicional en las personas y animales domésticos y silvestres que viven en ambientes urbanos y semiurbanos.

La pirotecnia tiene efectos negativos graves para los animales tanto a nivel físico, con taquicardia, hiperventilación y eventualmente el colapso del individuo y como consecuencia de reacciones de fuga (accidentes, atropellos, caídas desde ventanas o balcones, pérdidas, shock...) y a nivel psicológico (ansiedad, miedos, angustias…).

Y por ese motivo, los veterinarios recomiendan limitar el uso de la pirotecnia clásica y potenciar el uso de alternativas ya existentes, como la pirotecnia silenciosa para la celebración de festividades como la verbena de San Juan. De esta forma, se evita el elevado sufrimiento y la falta de bienestar físico y mental que experimentan muchos animales. Asimismo, se respeta también la convivencia cívica con personas sensibles a la pirotecnia.

También alientan a la ciudadanía a denunciar actos incívicos que no cumplan con la ordenanza municipal de cada municipio, y piden a las administraciones competentes que contemplen la sustitución de la pirotecnia tradicional por otros métodos más respetuosos.

El COVB recuerda que los animales son mucho más sensibles a los sonidos que los humanos, y que, por ejemplo los perros, en promedio, tienen un rango de audición de 10.000 a 50.000 Hz, mientras que el del ser humano sólo abarca de 16.000 a 20.000 Hz. La distancia a la que puede escuchar un sonido un perro es cuatro veces superior a la de un humano. Su oído es cuatro veces más sensible que el nuestro y puede registrar 35.000 vibraciones por segundo. En el caso de los gatos su oído está aún más desarrollado teniendo, incluso, una sensibilidad acústica superior siendo, por tanto, mucho más sensibles a la contaminación acústica provocada por la pirotecnia.

En el caso de gatos de colonias felinas, además, en muchas ocasiones sufren actos vandálicos. Durante las noches de verbena. Estos actos suponen un maltrato animal que consideramos intolerable y que es necesario perseguir.

Según datos facilitados por el AIAC (Archivo de Identificación de Animales de Cataluña), el aumento del número de avisos de casos de animales perdidos comparando el período de Verbena de San Juan y un período aleatorio queda patente y de media supera el 78% y el aumento de los casos de recogidas de animales hallados también aumenta muy significativamente y de media es del 137%. Este aumento también lo corroboran los datos de recogidas de animales perdidos en las vías urbanas e interurbanas por parte de los servicios de recogida de los refugios y protectoras de animales.

Para hacer la comparativa se ha tomado un período aleatorio de 3 días (del 14 al 16 de abril):

Además, a nivel clínico veterinario, también aumentan las consultas veterinarias y prescripciones de medicamentos ansiolíticos para el tratamiento preventivo de los animales durante la celebración de verbenas o espectáculos con pirotecnia. Según datos facilitados por la empresa de estudios de mercado especializada en el sector veterinario: VMS (Veterinary Management Studies) los tratamientos por ansiedad por petardos se incrementan 80 veces en torno a la verbena de San Juan.

Cabe recordar que cualquier medicación tiene efectos directos sobre el individuo y también tiene el riesgo de causar efectos secundarios. En el caso de medicamentos psicotrópicos, donde se incluyen los ansiolíticos administrados para apaciguar signos evidentes de ansiedad, angustia y miedo, con consecuencias tan graves como taquicardia severa, hiperventilación o, incluso, colapso, los efectos secundarios pueden ser especialmente indeseables tanto a nivel de comportamiento como en la fisiología de los animales.